Siempre que alguien quiere que me defina en una palabra, me
pasan mil cosas por la cabeza y no puedo contestar. Pienso en todos los momentos
que he vivido, en todo lo que he sentido, en lo que me gusta y disgusta, en mi
vida… intento buscar una palabra exacta que me defina y no la encuentro. No la
encontraba… hasta hoy.
Solía pensar que era una persona simple, pero simple es monótono, que solo soy “una cosa” y no es así, de hecho, nadie es
“simple”.
Soy infinita.
Soy infinita, porque no soy solo las 80 billones de
células que me componen. Soy un conjunto de historias, de sentimientos y
emociones, soy la foto que está en la cartera de alguien, soy yo y las otras "yo" que la gente ha inventado, soy los prejuicios de otras personas, soy mis prejuicios, mis virtudes. Soy un número,
un DNI, las notas de la universidad, el número de mi cuenta corriente, el
asiento del cine. Soy una fecha especial, un amor platónico, el amor de la vida
de una persona, o quien le rompió el corazón. Soy mi fruta favorita, soy I will wait de Mumford & Sons. Soy los 70 latidos por minutos de mi corazón,
la hija de mis padres, soy hermana mayor, la nieta de mis abuelos. Soy la
sonrisa favorita de alguien, la desgracia de otro. Soy la mejor versión de mí y
mi peor versión también. Soy la preocupación de alguien, la peor despedida. Soy
el beso que doy cuando llego al aeropuerto. Soy el miedo que tengo de que
alguien se muera. Soy amante de mi profesión. Soy esa conversación que nunca
elimino. Soy ese libro que vuelvo a leer. Soy esa lágrima cada vez que me voy.
Soy ese sentimiento que nunca logré entender. Soy esas palabras que jamás me
atreví a decir y esas otras que dije sin querer. Soy la paz que creo y la guerra
que doy. Soy yo. Soy tantas cosas…
Soy infinita.
